miércoles, 20 de mayo de 2015

LIEBRE

Animal muy similar al conejo, aunque de mayor tamaño y aspecto más esbelto. Dotada de largos pabellones auditivos y fuertes incisivos. Un rasgo característico de estos lagomorfos son sus desproporcionadas extremidades posteriores, de mucho mayor desarrollo que las anteriores.

Aparecen cubiertas de un suave pelaje de tono parduzco, de tono poco uniforme, muy tupido y mimético. Poseen unos ojos de gran tamaño, situados en los laterales de la cabeza. Su cola más oscura en la zona dorsal que en la ventral, es corta y poblada. 
Las crías de la liebre, a diferencia de las del conejo nacen cubiertas por una fina capa de pelo y con los ojos abiertos.

De distribución cosmopolita, es abundante en todo Europa y norte de España. En el sur se encuentra una especie de liebre de menor tamaño Lepus capensis también conocida como liebre mediterránea. Acostumbra a habitar en zonas de poca vegetación, praderas, zonas áridas, límites de los bosques y zonas de cultivo. 
Es un animal huidizo y cuando es molestado emprende una veloz carrera para ponerse a salvo. Durante el día permanecen inmóviles, encamadas, en alguna depresión del terreno, con las orejas plegadas y confundiéndose perfectamente con el entorno. Hace falta casi pisarlas para que descubran su presencia con un ágil salto y la posterior huida. 
La época de celo tiene lugar entre marzo y abril. Durante este período los machos persiguen a las hembras por los campos. El acto sexual, sumamente rudo, contempla una paliza a la hembra por parte del macho. Mientras dura la primavera y la época reproductiva las liebres se muestran menos alertas y por ello son frecuentes victimas del asfalto. Las hembras suelen tener 2 partos al año, en los que nacen de 1 a 3 lebratos, siendo los 2º partos más abundantes. Las crías que nacen muy desarrolladas, y que lo hacen en superficie a diferencia de los conejos, son capaces de corretear a las pocas horas aunque por su instinto tienden a quedarse inmóviles y tumbadas, camuflando su posición.

Se alimentan preferentemente de gramíneas: trigo, cebada, centeno y demás cereales llegan a constituir ¾ partes de su dieta. También forman parte de su sustento las raíces, bulbos e incluso carroña en épocas de escasez.
Cuenta con numerosos enemigos, especialmente durante los primeros días de su vida. Desde reptiles como los ofidios, pasando por aves como el búho y el águila reales, hasta mamíferos como el zorro, el lobo y el lince.
En el parque natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre es un animal habitual. No resulta complicado verlas, especialmente si se circula por las carreteras que conectan los pueblos de la zona durante el crepúsculo, ya que suelen concentrarse en las cunetas de las mismas. 


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